Aprender a superar los fracasos, porque, además de ser demasiado exigentes con nosotros mismos, también solemos abandonar al primer fracaso. La diferencia entre el éxito y el fracaso casi siempre es el número de veces que lo volvemos a intentar.
También es un problema para la salud pública. Cuando los profesionales de la salud (que suelen desconocer los problemas específicos de los superdotados) diagnostican diferentes trastornos sin llegar a vislumbrar lo que hay detrás de los diversos síntomas que estos manifiestan (sin sospechar que son superdotados y que sus síntomas son la expresión de una grave falta de adaptación derivada de superdotación).
En ocasiones hablamos de intuiciones inexplicables para nosotros mismos. Lo sabemos, pero tenemos dificultades para argumentar por qué lo sabemos. Y solemos acertar. Muy posiblemente nuestra mayor capacidad de procesamiento cerebral nos permite enlazar conocimientos, unos conscientes y otros inconscientes, que nos ayudan a llegar rápidamente a conclusiones aun sin razonamiento consciente y detallado.
Esta capacidad podría considerarse una ventaja, ya que nos permite ver más allá en las relaciones con los demás pero lamentablemente no suele ser así, porque la verdad no es siempre agradable y resulta muy doloroso descubrir mentiras y engaños en boca de quienes apreciamos. En definitiva, se sufre más.
Es habitual verle con un calcetín de cada color o con el jersey al revés. No pasa nada, no es importante, cuando se estaba vistiendo estaba pensando en otra cosa.