- Canciones para la soledad
Tú no sabes, no sabes
cómo duele mirarla.
Es un dolor pequeño
de caricias de plata.
Un dolor como un árbol
seco por la mañana.
Un dolor sin orilla
para dormir el agua.
Un dolor como el rastro
de la nube que pasa.
Tú no sabes, no sabes
cómo duele mirarla.
El deseo
Quisiera haber escrito más, pero no pude.
Lo escrito escrito está. No me arrepiento.
Hubiera Dios querido, lo que siento
dentro de mí, como una espina, al viento
pudo salir, fuerte de luz, de verso lleno.
Pero no pudo ser. Y aquí me quedo
sin gloria ni valer, que no apetezco.
Tan sólo un poquitín de pensamiento
cuando no sea yo más que otro muerto.
Otro muerto cualquiera. Un gran deseo...
Y este amor a la tierra en que estoy dentro.
(¿Los árboles, las flores, el mar? Pues todo ello
aquí, muriendo como yo, en mi cuerpo.)