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Citations sur La Mort d'Artemio Cruz (12)

tous… nous avons tous besoin de témoins de notre vie pour pouvoir la vivre…
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- Lorsque j'étais petite, la vie était agréable. Il y avait beaucoup de moments agréables. Les vacances, les jours de repos, les jeux. Je ne sais pourquoi, en grandissant, je me suis mise à attendre des choses.
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Tú la pronunciarás: es tu palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor: palabra de hombre: palabra de rueda: palabra de molino: imprecación, propósito saludo, proyecto de vida, filiación, recuerdo, voz de los desesperados liberación de los pobres, orden de los poderosos, invitación a la riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del nacimiento, amenaza y burla, verbo testigo, compañero de la fiesta y de la borrachera, espada del valor, trono de la fuerza, colmillo e la marrullería, blasón de la raza, salvavida de los limites resumen de la historia: santo y seña de México: tu palabra:
—Chingue a su madre —Hijo de la chingada —Aquí estamos los meros chingones —Déjate de chingaderas —Ahoritita me lo chingo —Ándale, chingaquedito —No te dejes chingar —Me chingué a esa vieja —Chinga tú —Chingue usted —Chinga bien, sin ver a quién —A chingar se ha dicho —Le chingué mil pesos —Chínguense aunque truenen —Chingaderitas las mías —Me chingó el jefe —No me chingues el día —Vamos todos a la chingada —Se lo llevó la chingada
—Me chingo pero no me rajo —Se chingaron al indio —Nos chingaron los gachupines —Me chingan los gringos —Viva México, jijos de su rechingada: tristeza, madrugada, tostada, tiznada, guayaba, el mal dormir: hijos de la palabra.
Nacidos de la chingada, muertos en la chingada, vivos por pura chingadera: vientre y mortaja, escondidos en la chingada. Ella da la cara, ella reparte la baraja, ella se juega el albur, ella arropa la reticencia y el doble juego, ella descubre la pendencia y el valor, ella embriaga, grita, sucumbe, vive en cada lecho, preside los fastos de la amistad, del odio y del poder. Nuestra palabra. Tú y yo, miembros de esa masonería: la orden de la chingada. Eres quien eres porque supiste chingar y no te dejaste chingar; eres quien eres porque no supiste chingar y te dejaste chingar: cadena de la chingada que nos aprisiona a todos: eslabón arriba, eslabón abajo, unidos a todos los hijos de la chingada que nos precedieron y nos seguirán: heredarás la chingada desde arriba; la heredarás hacia abajo: eres hijo de los hijos de la chingada; serás padre de más hijos de la chingada: nuestra palabra, detrás de cada rostro, de cada rostro, de cada signo, de cada leperada: pinga de la chingada, verga de la chingada, culo de la chingada: la chingada te hace los mandados, la chingada te desflema el cuaresmeño, te chingas a la chingada, la chingada te la pela, no tendrás madre, pero tendrás tu chingada: con la chingada te llevas a toda madre, es tu cuatezón, tu carnal, tu manito, tu vieja, tu peor-es-nada: la chingada: te truenas el esqueleto con la chingada; te sientes a todo dar con la chingada, te pones un pedorrales de órdago con la chingada, se te frunce el cutis con la chingada, pones los güevos por delante con la chingada: no te rajas con la chingada: te prendes a la ubre de la chingada: ¿A dónde vas con la chingada? oh misterio, oh engaño, oh nostalgia: crees que con ella regresarás a los orígenes: ¿a cuáles orígenes? no tú: nadie quiere regresar a la edad de oro mentirosa, a los orígenes siniestros, al gruñido bestial, a la lucha por la carne del oso, por la cueva y el pedernal, al sacrificio y a la locura, al terror sin nombre del origen, al fetiche inmolado, al miedo del sol, miedo de la tormenta, miedo del eclipse, miedo del fuego, miedo de las máscaras, terror de los ídolos, miedo de la pubertad, miedo del agua, miedo del hambre, miedo del desamparo, terror cósmico: chingada, pirámide de negaciones, teocalli del espanto oh misterio, oh engaño, oh espejismo: crees que con él caminarás hacia adelante, te afirmarás: ¿a cuál futuro? no tú: nadie quiere caminar cargado de la maldición, de la sospecha, de la frustración, del resentimiento, del odio, de la envidia, del rencor, del desprecio, de la inseguridad, de la miseria, del abuso, del insulto, de la intimidación, del falso orgullo, del machismo, de la corrupción de tu chingada chingada: déjala en el camino, asesínala con armas que no sean las suyas: matémosla: matemos esa palabra que nos separa, nos petrifica, nos pudre con su doble veneno de ídolo y cruz: que no sea nuestra respuesta ni nuestra fatalidad: ora, mientras ese cura te embarra los labios, la nariz, los párpados, los brazos, las piernas, el sexo con la unción final: ruega: que no sea nuestra respuesta ni nuestra fatalidad: la chingada, hijos de la chingada, la chingada que envenena el amor, disuelve la amistad, aplasta la ternura, la chingada que divide, la chingada que separa, la chingada que destruye, la chingada que emponzoña: el coño erizado de serpientes y metal de la madre de piedra, la chingada: el eructo borracho del sacerdote en la pirámide, del señor en el trono, del jerarca en la catedral: humo, España y Anáhuac, humo, abonos de la chingada, excrementos de la chingada, mesetas de la chingada, sacrificios de la chingada, honores de la chingada, esclavitudes de la chingada, templos de la chingada, lenguas de la chingada: ¿a quién chingarás hoy, para existir?, ¿a quién mañana? ¿A quién chingarás: a quién usarás?: los hijos de la chingada son estos objetos, estos seres que tú convertirás en objetos de tu uso, tu placer, tu dominación, tu desprecio, tu victoria, tu vida: el hijo de la chingada es una cosa que tÚ usas: peor es nada te fatigas no la vences oyes los murmullos de las otras oraciones que no escuchan tu propia oración: que no sea nuestra respuesta ni nuestra fatalidad: lávate de la chingada: te fatigas no la vences. La has acarreado durante toda tu vida: esa cosa: eres un hijo de la chingada del ultraje que lavaste ultrajando a otros hombres del olvido que necesitas para recordar de esa cadena sin fin de nuestra injusticia te fatigas, me fatigas; me vences; me obligas a descender contigo a ese infierno; quieres recordar otras cosas, no eso: me obligas a olvidar que las cosas serán, nunca que son, nunca que fueron: me vences con la chingada, te fatigas, reposa, sueña con tu inocencia di que intentaste, que tratarás: que un día la violación te pagará con la misma moneda, te devolverá su otra cara: cuando quieras ultrajar como joven lo que debías agradecer como viejo: el día en que te darás cuenta de algo, del fin de algo: un día en que amanecerás —te venzo— y te verás al espejo y verás, al fin, que habrás dejado algo atrás: lo recordarás: el primer día sin juventud, primer día de un nuevo tiempo: fíjalo, lo fijarás, como una estatua, para poder verlo en redondo: apartarás las cortinas para que entre esa brisa temprana: ah, cómo te llenará, ah, te hará olvidar ese olor de incienso, ese olor que te persigue, ah, cómo te limpiará: no te permitirá insinuar siquiera la duda: no te conducirá al filo de esa primera duda.
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Ce sont des jours qui, proches, lointains, repoussés dans l'oubli, étiquetés par le souvenir - rencontre et refus, amour fugace, liberté, rancune, échec, volonté - furent et seront quelque chose de plus que les noms que tu pourras leur donner : des jours où ton destin te poursuivra avec un flair de lévrier, où il te retrouvera, s'emparera de toi, s'incarnera en tes paroles et tes actes, matière complexe, opaque, adipeuse à jamais tissée avec l'autre, l'impalpable celle de ton esprit absorbé par la matière
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Tu viens me dire qu’il n’y a plus de terres ni de grandeur pour nous, que d’autres se sont enrichis à nos dépens comme nous nous sommes enrichis aux dépens de ceux qui avaient été à l’origine les premiers maîtres de tout ? Tu viens me raconter ce que je sais, au fond de moi, depuis la première nuit de ma vie d’épouse ? (p. 377).
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Moi j’ai survécu. Regina. Comment t’appelais-tu ? Non. Toi Regina. Comment t’appelais-tu, toi, soldat sans nom ? J’ai survécu. Vous, vous êtes morts. Moi j’ai survécu. (p. 282).
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Les calebasses s'élevaient vers les lèvres minces des pénitents et sur les mentons coulaient le pulque comme une humeur épaisse. Yeux blancs, rongés; visages tachetés de gale; têtes rasés des enfants malades; nez marqués de vérole; sourcils effacés par la syphilis: la marque du conquérant sur les coeurs des conquis avançant à genoux, à quatre pattes, à pied, vers le sanctuaire édifié pour honorer le dieu des hommes blancs. Des centaines, des centaines: pieds, mains, signes, sueur, lamentations, ecchymoses, puces, boue, lèvres, dents: des centaines.
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- Dis-donc, est-ce que tu n'as jamais été dans un peloton ?
("Si, mais sans faire attention, sans penser jamais à ce que je pourrais éprouver, et qu'un jour ce pourrait être mon tour. Aussi, je n'ai pas le droit de te poser de questions, n'est-ce pas? Toi, tu as seulement tué comme moi, sans faire attention à rien. Aussi personne ne sait ce qu'on éprouve et personne ne peut le raconter. Si l'on pouvait revenir, si l'on pouvait raconter ce que c'est qu'écouter une décharge et la sentir sur la poitrine, sur le visage. Si l'on pouvait raconter la vérité de cela, il est bien possible que nous n'oserions plus tuer, plus jamais; ou alors personne n'attacherait plus d'importance à la mort...Cela peut être terrible... mais cela peut être aussi naturel que de naître... Qu'en savons-nous, toi et moi?"
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C’était là, peut-être, un symbole favorable pour une famille qui avait grandi et prospéré grâce aux fruits de la terre : fixée dans la vallée de Puebla (…) depuis le début du XIXe siècle et plus forte, mais oui, que toutes les contingences absurdes d’un pays inapte à la tranquillité, passionné de convulsion. (p. 55).
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L'enfant, la terre, l'univers : dans les trois, quelque jour, il n'y aura ni lumière, ni chaleur, ni vie... Il y aura seulement l'unité totale, oubliée, sans nom et sans homme pour le nommer : fondus dans l'espace et le temps, la matière et l'énergie... Et toutes les choses auront le même nom... Aucun... Mais pas encore... Il naît encore des hommes... Tu entendras le "aoooo" prolongé de Lunero et le bruit des fers de la mule sur le rocher. Ton cœur battra sur un rythme accéléré, conscient enfin qu'à partir d'aujourd'hui commence l'aventure inconnue, que le monde s'ouvre et t'offre son temps... Tu existes... Tu es debout sur la montagne... Tu réponds en sifflant au cri modulé de Lunero... Tu vas vivre... tu vas être le point de rencontre et la raison de l'ordre universel... Ton corps a une raison... Ta vie a une raison... Tu es, tu seras, tu as été l'univers incarné... Pour toi s'allumeront les galaxies et s'incendiera le soleil... Pour que tu aimes et que tu vives et que tu sois... Pour que tu découvres le secret et que tu meures sans pouvoir le transmettre, parce que tu le possèderas seulement lorsque tes yeux se fermeront pour toujours... Toi, debout, Cruz, treize ans, au seuil de la vie...
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