HIMNO DEL DESTERRADO
Reina el sol, y las olas serenas
Corta en torno la prora triunfante,
Y hondo rastro de espuma brillante
Va dejando la nave en el mar.
“¡Tierra!” claman: ansiosos miramos
Al confín del sereno horizonte,
Y a lo lejos descúbrese un monte...
Le conozco... ¡Ojos tristes, llorad!
Es el Pan... En su falda respiran
El amigo más fino y constante,
Mis amigas preciosas, mi amante...
¡Qué tesoros de amor tengo allí!
Y más lejos, mis dulces hermanas,
Y mi madre, mi madre adorada,
De silencio y dolores cercada
Se consume gimiendo por mí…
INMORTALIDAD
Cuando en el éter fúlgido y sereno
Arden los astros por la noche umbría,
El pecho de feliz melancolía
Y confuso pavor siéntese lleno.
¡Ay! ¡así girarán cuando en el seno
Duerma yo inmóvil de la tumba fría!...
Entre el orgullo y la flaqueza mía
Con ansia inútil suspirando peno,
Pero ¿qué digo? -Irrevocable suerte
También los astros a morir destina,
Y verán por la edad su luz nublada.
Mas superior al tiempo y a la muerte
Mi alma, verá del mundo la ruina,
A la futura eternidad ligada.
Que si un pueblo su dura cadena
No se atreve a romper con sus manos,
Bien le es fácil mudar de tirano,
Pero nunca ser libre podrá.
D'abord érigé à des fins militaires, le bâtiment de la Bibliothèque de l'Arsenal a basculé dès la seconde moitié du XVIIIe siècle dans le champ de la sociabilité savante et mondaine, sous l'égide du marquis de Paulmy qui y constitua une remarquable collection encylopédique à partir de 1756.
À sa suite, d'autres hommes et femmes s'illustrèrent à l'Arsenal comme passeurs pédagogiques et culturels, à l'instar de Madame de Genlis, Charles Nodier ou José Maria de Heredia.
Anne-Bérangère Rothenburger, conservatrice à la Bibliothèque de l'Arsenal, vous invite sur les pas de ces illustres, à travers une promenade dans les représentations iconographiques variées (gravures, statues, peintures, photographies…) conservées dans les collections de la BnF.
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