Eres el alma muerta de un horrible pecador y, en circunstancias normales, no podria seguir avanzando. Te habrían eliminado del ciclo de reencarnación que determina la transmigración de las almas y nunca más volvería a nacer. Sin embargo, hoy, el de ahí arriba ha decidido hacer un sorteo y conceder una segunda oportunidad a una alma, cosa que hace de vez en cuando para acallar las voces que dicen que no tenemos corazón. Y seguro que te alegra oír que… ¡tú eres esa alma afortunada !