AccueilMes livresAjouter des livres
Découvrir
LivresAuteursLecteursCritiquesCitationsListesQuizGroupesQuestionsPrix BabelioRencontresLe Carnet

3.5/5 (sur 2 notes)

Nationalité : Équateur
Né(e) à : Quito , le 28/09/1903
Mort(e) à : Bruxelles , le 10/12/1971
Biographie :

Poète, essayiste et dramaturge équatorien.
Il est un des fondateurs de l'avant-garde poétique des années 1920 en Equateur.

Ajouter des informations
Bibliographie de Gonzalo Escudero   (1)Voir plus

étiquettes

Citations et extraits (2) Ajouter une citation
MADUREZ DE LA MUERTE
Toda la noche de espadas negras,
los hombres fabricaron una aurora
envasada en el verde puro de las botellas,
para una sed crecida en las gargantas
y atizada en la flama de las lenguas.
Aurora de agua y aire,
de cielo y tierra,
como esperada no venida,
como venida nunca entera.
Mientras tanto nacieron colmillos en las lianas,
bastos en los sarmientos y puños en las piedras.
En un lagar de angustia,
tantas heridas fueron pulpa y piel de cerezas
y tantos ojos amarillos,
racimos de uvas tiernas.
Desde entonces los hombres andan borrachos
del vino de la muerte ligera,
sin sal ni sol del mundo,
a horcajadas en la arcilla prieta,
sin tacto de los días, los meses y los años
en este calendario de candela,
plantados los laureles de los huesos lirondos
como arcos de una orquesta,
y la boca baldía
sin hambre vegetal de fruta, moza o estrella,
sin memoria de miel en cántaro
y miel en pechos de colinas frescas,
duros de calcio y quemantes de fósforo,
flor, resina y madera.
Violones calcinados
por los bengalas de una fiesta,
si al menos estos brazos izaran
las gaitas de los vientres en las cuerdas
de los dorados intestinos
contra las nubes forasteras,
contra el humo pirata de paisajes,
contra el viento rapaz del oro de la arena,
contra la lluvia verde,
máquina de coser cordilleras.
Estos muertos están conmigo
en geometría de línea recta,
infantería de ángeles
con fusiles de niebla
para matar estatuas vivas
de gozo en lunas llenas.
Estos muertos están conmigo,
caballería lenta
de caballos envenenados
por las distancias agoreras,
las cimitarras de rocío para acribillar sueños,
los cascos de algodón para pisar ausencias.
Estos muertos están conmigo
en creciente de mar, pampa y meseta,
de alga, raíz y liquen,
de tromba y torrentera,
al norte, al sur, al este y al oeste
de la angustia unigénita,
árbol del grito,
trueno domador de centellas,
almáciga del huracán piafante
y del océano en resaca de hembra.
¿Qué pueden nuestras manos
diestra y siniestra
contra esta madurez de la muerte
en zafra de tormentas?
Si hay un reloj menudo que nos roe,
burbuja con las patas de abeja
y una fugaz respiración de hormiga,
el corazón de almendra,
cada vez más enfermo
de altura eterna.
Commenter  J’apprécie          90
NUEVA EDICION DE LA ETERNIDAD
El tiempo no ha pisado este aire.
Ni se han desnudado los ángeles
en esta orilla de jacinto,
luz de fruta celeste en papel de aire.
Y no ha tocado el aire esta agua.
Ni los pechos de las muchachas
rompieron a su vidrio maduro
en impacto de astillas de agua.
Ni el agua caminó en esta piedra,
madre de las estatuas somnolientas,
pulso caliente y sangre dulce
de los niños de piedra.
Ni la piedra se desolló en esta ascua,
ni los hombres ardieron como castañas,
alto el gemido en el rescoldo
de un árbol de ascua.

El tiempo no ha pisado este aire.
Y no ha tocado el aire esta agua.
Ni el agua caminó en esta piedra.
Ni la piedra se desolló en esta ascua.
Aire, agua, piedra y ascua,
sin tiempo, ojos, ni tacto.
Y adentro, ancha de mundo,
la herida vegetal del canto,
este durar en soledad liviana
y este morir sin muerte en el espacio.
La eternidad apenas
es el ocio de jugar a los astros,
de fumar nubes
y de ignorarnos.

Queda abajo la niebla
en un cinematógrafo de amianto,
donde los jabalíes de la aurora
devoran a los muslos rosados
de las mozas amanecidas
y hay espadas de lluvia contra los nardos.
Quedan las lianas filas
para cortar los llantos,
el gongo de la brisa para oírnos
y la centella para mirarnos,
como se miran los pai sajes
en los espejos despedazados,
las arterias de azogue rotas
en un mapa de espanto,
los continentes errabundos
en un motín de mares bravos
y en las jarcias del cielo,
los arrecifes de pies descalzos.
Quedan abajo las bienamadas noches
para los días desamados.
¡Ah mi altura
de los cohetes altos!
Arriba, arriba,
con la naranja de la luz en los labios.
¡Ah mi desasimiento
para mi trueno desanudado!
Mordedura en el tuétano de las estrellas
y al almendra de los cometas raudos.
¡Ah mi muerte
punta de lanza en el vientre oceánico!
Creciente de montañas con alas
y desembocadura en el sol claro.

Altura, desasimiento y muerte
en Dios que hace las algas y los pájaros.
Commenter  J’apprécie          90

Acheter les livres de cet auteur sur
Fnac
Amazon
Decitre
Cultura
Rakuten

Listes avec des livres de cet auteur
Lecteurs de Gonzalo Escudero (3)Voir plus

Quiz Voir plus

Karine Giebel ou Barbara Abel

Je sais pas ?

Karine Giebel
Barbara Abel

10 questions
77 lecteurs ont répondu
Créer un quiz sur cet auteur
¤¤

{* *}