¿No parece un libro? Pues un libro es, joven caballero, mi libro. Dedicatoria: Al alto espíritu de Cosme, el alto agradecimiento de Remo Lungo. Este es mi homenaje: mi novela. No vaya usted a leerla aquí. No la toque siquiera. Déjela para las tardes de su hogar. Ahora, circunscribámonos a la celebración de este literario acontecimiento. Con su venia, ¡más vino, camarero!