Sol
El viejo sol está borracho de luz
y tiene susultos
de niño que por travieso
duerme con el sueño inquieto.
Se le derrama la luz
goteándole de la boca...
Mira...! Mira, como caen
al agua del río
las gotas!...
(Lamparero solitario de los días
se ha detenido cansado,
en el Meridiano.)
pobre
viejo
lamparero...!
Se emborracha con el vino de su luz
y lo derrama
sobre las aguas del río...
No era acaso para el campo?
Su forma sobre el agua
A la hora equidistante del pez amanecido
con la primera espuma de la mañana, flota,
como un presentimiento de bostezo salino,
su forma sin aristas, deshilachada, fofa.
Flota, digo, la niebla, crispada de ladridos,
amarrando en las jarcias elásticas gaviotas.
Y, al recoger el hombre su red, semidormido,
quizá tema al espectro que va sobre las olas.
Mancha de Sol
Campo traviesa, cansada,
con el hijo en el cuadril,
la moza va hacia el lejano
cuchitril.
El sol coloca en los árboles
sus moneditas de oro.
Y el niño suelta la fuente
de su lloro...
La rapaza saca el seno
rozagante a se lo dar...
El niño bebe. Ella ríe.
Y echa a andar...
Balada del seno desnudo
¡Mangos!... ¡Mira!... ¡Tantos!...
¡Oh!... ¡Uno maduro!...
(¡Dio un salto... y salióse
su seno, desnudo!)
¡Yo salté del árbol!
¡Upa!... ¡Tan!... (¡Qué rudo!)
¡Por mirar de cerca
su seno desnudo!
¡Me miró asustada!
¡Cubrió... lo que pudo
y... huyó...! ¿Qué robaba?
¡Su seno desnudo!
Lejana..., lejana...
me envío su saludo.
(¡Yo seguía mirando
su seno desnudo!)
¡Perfume silvestre
de mangos maduros!,
¿por qué me recuerdas
su seno desnudo?...
Frescura
Se burlaba el surtidor
-¡la risa casi lo ahogaba!-
porque la lluvia bajaba
y él la devolvía al Señor…