Gorrión que arrulla un sueño de azoteas
cuando la tarde cae sobre los gatos,
es humilde la luz de tus altillos
crepúsculo de vino
el de tu barrio.
Quisiera haber nacido en la pobreza
de tus patios gastados,
haber sido tu alegre botijero,
sentir el frío, el hambre de mi hermano.
Tienen olor a río tus veredas
angostos recovecos donde pasan
los niños en que nazco cada día
las mujeres que lloran
y que amo.
Barrio Sur: de tu cara polvorienta
mohosa, salpicada por los años
llevo un sitio de mí que nadie ocupa
un brote de malvón
rostros pintados
de murgas que caminan en la noche
de luna
redoblando.
Barrio del cementerio,
perros perdidos y silencio
por tus faroles amarillos
pasan recordándome tu amor
tus niños y tus muertos,
tus tristes yacumenzas,
noche a noche
mi propio corazón.
Enrique Estrázula es una asombrosa demostración de que tenemos –ahora y aquí- un poeta extraordinario. De él no habrá más remedio que enterarse y aceptar en el futuro. - Juan Carlos OnettI