En oposición, su mujer, Asunción, - Sunsión en el pronunciar del pago, - era, - siempre en el caló nativo, - flaca, más flaca que mancarrón con "haba". El cuello de garza salía de la bata de zaraza a la manera del pescuezo de una muñeca de cera, y sostenía una cabeza eternamente desgreñada y una cara escuálida, salida de pómulos, hundida de ojos, con nariz demasiado larga y boca demasiado grande: fina y corva la nariz como pico de rapaz; delgados los labios, blancos y fuertes los dientes, duro y marcado el mentón. Luego un cuerpo pequeño, mezquino en carnes y rico en flexibilidades de criolla comadrona: todo un cuerpo de gallina inglesa, gritona, inquieta y pendenciera.