Conocí a uno en la Media Luna que se decía adivino. Lo que nunca adivinó fue que se iba a morir en cuanto el patrón le adivinó lo chapucer. Ha de ser un místico de ésos. Se pasan la vida recorriendo los pueblos " a ver lo que la Providencia quiera darles": pero aquí no va a encontrar ni quien le quite el hambre.