La poésie est-elle un prétexte de la folie…
La poésie est-elle un prétexte de la folie
ou la folie un prétexte de la poésie?
Ou toutes deux sont-elles prétexte d’autre chose,
d’une autre chose excessivement juste
et qui ne peut parler ?
Por todo esto y por cuanto no se puede expresar, pienso que tenía razón Cesare Pavese al advertir que el poeta, por grande que resulte, será siempre un aprendiz. Ante el infinito de la realidad, el conocimiento, el desconocimiento y el lenguaje, siempre se estará en los comienzos. Olvidarlo equivale a envenenar las fuentes. (...) Ningún poema puede completarse. No es demasiado raro: nada puede completarse. Es éste uno de los sentidos de la idea de de Umberto Eco: el poema se completa, por lo menos relativamente, en quien lo recibe y recrea. Pero el poeta, entre muchas otras cosas, debe asumir dolorosamente la imperfección, aunque jamás se conforme.
La poesía es el intento de decir lo indecible, el uso más extremo y arriesgado del lenguaje, pero al perseguir algo casi inalcanzable, obsesionada por la inefabilidad, termina a veces rompiendo las palabras, partiéndolas como astillas de un tronco inabarcable. Escribí hace pocas semanas:
Romper también las palabras,
como si fueran coartadas delante del abismo
o cristales burlados
por una conspiración de la luz y la sombra.
Y hablar entonces con los fragmentos,
hablar con pedazos de palabras,
ya que de poco o nada ha servido
hablar con las palabras enteras.
Reconquistar el olvidado balbuceo
que hacía juego en el origen con las cosas
y dejar que los pedazos se peguen después solos,
como se sueldan los huesos,
como se sueldan las ruinas.
A veces lo roto precede a lo entero,
los trozos de algo son anteriores a algo.
El aprendizaje de la unidad
es aún más humilde e incierto
que lo que sospechamos.
La verdad es tan poco segura (para el hombre)
como su negación.
El poeta es un cultivador de grietas. Fracturar la realidad aparente o esperar que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro.
La poesía, antitéticamente, es el arte de lo imposible, centrada en el cultivo y el ejercicio de la palabra transfigurada, gracias a la organización creadora del lenguaje, que permite así penetrar y revelar algunas de las últimas instancias de la vida y la realidad, invocándose para ello los fundamentos del hombre, del ser, de la expresión.
La poesía es una visionaria y arriesgada tentativa de acceder a un espacio que ha desvelado y angustiado siempre al hombre: el espacio de lo imposible, que a veces parece también el espacio de lo indecible.
La couleur est une autre façon de rassembler le silence.
La parole c’est yeux ouverts.
Le poète cultive les fissures. Il faut fracturer la réalité apparente ou attendre qu’elle se crevasse pour capter ce qui est au-delà du simulacre.
Presque fiction. Là où la réalité est sur le point de se volatiliser ou de se changer en fantôme et en vide, la parole la contient ou la retient au bord, moyennant les fils quasiment invisibles de l’imagination et de la poésie, c’est-à-dire la non-fiction. Au bord de la fiction.