Una novela ambiciosa, valiente y arriesgada que formula una pregunta que aún nos conmueve sobre el valor de las ataduras, del compromiso afectivo y la posibilidad de soñar un futuro fuera de los límites del racionalismo.
La publicación de Ritmo lento en 1962 supuso, en palabras de su autora, «una de las primeras reacciones contra el realismo imperante en la narrativa española de posguerra, un intento aislado por volver a centrar el relato en el análisis psicológico de un personaje».
Commenter  J’apprécie         00