Con su nueva novela, que hace la novena de las suyas, "
El pequeño heredero",
Gustavo Martín Garzo prosigue en su tarea de crear un universo narrativo hecho de matices, sutilezas, interiorizaciones y lirismos. Este universo puede resolverse en la tragedia y así ocurre en este texto que ahora se publica. Preside su desarrollo y desenlace una pareja singular: una muchacha de 17 años y un niño de seis. Ella es alegre, risueña, imaginativa y está enamorada; él es huérfano, sensitivo y epiléptico. Entre ambos existe una profunda relación materno?filial, como si el niño adorado por ella fuera la anticipación del hijo que aún no ha tenido. Pero el niño no sólo es la imagen del hijo; es también el confidente, el cómplice: el heredero de sus secretos. […]
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El pequeño heredero" no es, con todo, una novela lúgubre o ilimitadamente sombría. Discurre por sus páginas una pasión irrefrenable de vida, de alegría -y de erotismo, un erotismo elusivamente tratado y por eso más intenso- que cabe centrar en la pareja protagonista, aunque no sean sus únicos depositarios ni transmisores. Martín Garzo, que utiliza casi siempre la tercera persona, aunque en ocasiones se vale del monólogo, sabe adentrarse con eficacia por el interior de sus personajes, sobre todo el infantil y el femenino, hasta hacer de ellos criaturas llenas de sustancia. Destaca el tratamiento de los personajes femeninos, que está abordado con relevantes aciertos -hay una galería de excelentes retratos de mujer-. Se crea así una eficaz y trabada red de relaciones entre los personajes que, además de modelar la estructura de la novela persigue, me parece, mostrar la condición equívoca, problemática, de la vida humana.
La narración está poblada de sutilezas, de detalles, de elementos en apariencia menores pero de funcionalidad evidente. Es de destacar la aguda percepción del paisaje campesino y del mundo animal. Este modo de narrar hacia dentro recuerda a veces las maneras de
Patrick Modiano; no estoy hablando de influencias, sino de concordancias. A propósito de influencias sí existe alguna historia -la de don Lorenzo, su esposa doña Gregoria y la amante negra del primero-, en la que me parece que se rinde excesivo tributo a
García Márquez. La narración está, por lo demás, formulada en una prosa certera, sobria, ajustada pero inventiva y creadora y, en consecuencia, casi nunca tópica. El lirismo de Martín Garzo es, sobre todo, una perspectiva de interiorización, sin perjuicio de la utilización de determinados recursos expresivos.
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El pequeño heredero" confirma -otra vez- las cualidades y calidades narrativas de Martín Garzo, que es dueño de un universo novelesco absolutamente diferenciado en el conjunto de la actual narrativa española.
Miguel García Posada en "Babelia". 25 de octubre de 1997.
(http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/garzo/book_heredero.htm)